
CONCAPA solicita la unidad y el apoyo activo de los titulares de centros, profesores, alumnos, padres y de toda la sociedad contra la asignatura Educación para la Ciudadanía.
CONCAPA – ha denunciado reiteradamente que el M.E.C. se ha negado a dialogar durante todo este curso con quienes representamos a más de tres millones de familias que pretendíamos que la asignatura educación para la ciudadanía tuviera carácter opcional y fuera consensuada con los representantes de las asociaciones de padres porque a nadie se le puede imponer una formación moral no elegida voluntariamente.
Algunos de los libros de texto publicados para esta asignatura o la reciente averiguación de que una Fundación de carácter radicalmente laicista controlada por el gobierno está formando al profesorado que va a impartir la EpC han vuelto a confirmar que con esta materia se pretende adoctrinar a nuestros hijos según los criterios morales de este gobierno que, de esta forma, se inmiscuye ilegalmente en el derecho de los padres a educar a nuestros hijos según nuestras convicciones religiosas, filosóficas o morales.
Resulta indubitado que la EpC persigue la formación de la conciencia moral de los alumnos incluso aunque sea contraria con la que los padres impartimos en nuestros hogares –recuérdese algunos manuales que rozan la pornografía- asemejándose con ello a países totalitarios donde el Estado se considera con Derecho a educar a los hijos como si fueran suyos, lo que es inadmisible para cualquier familia que tiene el derecho y el deber de educar a sus hijos según sus convicciones. Este totalitario y absurdo sistema puede suponer una educación en valores esquizofrénica para nuestros hijos puesto que puede cambiar en función del partido que ostente el poder en cada momento. Y lo que era bueno para uno puede ser malo para el siguiente.
CONCAPA planteó al Gobierno otras opciones para el currículo de esta asignatura que fueran respetuosas con la libertad de enseñanza y no supusieran un adoctrinamiento moral (basadas en el estudio de la Constitución y las declaraciones universales de los derechos humanos; la formación en valores basados en el esfuerzo, la responsabilidad, la justicia, la búsqueda de la verdad; la honestidad política, social e individual; el asociacionismo, etc.) pero ni siquiera tuvimos otra respuesta que el silencio prepotente del gobierno.
parte de los centros que no pueden mirar hacia otro sitio sin perjudicar gravemente nuestro derecho como primeros educadores y responsables de nuestros hijos. No caben excusas CONCAPA y otras muchas organizaciones y particulares hemos denunciado la gravedad de la situación que no permite posturas pasivas ni acomodaticias ni por parte de los padres ni por para ningún centro ni siquiera que el ideario protege a los padres y alumnos de esta intolerable agresión estatal contra derechos fundamentales recogidos en nuestra constitución. La pasividad crea confusionismo y perjudica los derechos y libertades de las familias.
Se trata de una asignatura que, conforme indica la Conferencia Episcopal, no resulta coherente con el ideario de los centros de iniciativa social, puesto que –según el actual currículo– no es conforme con la Doctrina Social de la Iglesia, tanto por su carácter de formación estatal obligatoria de las conciencias como por sus contenidos
Padres, alumnos, profesores y titulares de centros podemos y debemos recurrir a todos los medios legítimos para defender la libertad de conciencia y de enseñanza. Como indica la Conferencia Episcopal “ninguno de tales medios legítimos puede ser excluido justamente en ninguno de los centros en los que se plantea este nuevo desafío: ni en los centros estatales ni en lo de iniciativa social. Cuando está en cuestión un derecho tan fundamental, como el de libertad de conciencia y de enseñanza, todos –y los católicos, en particular- debemos mostrarnos unidos en su defensa”
Por ello CONCAPA ante la sordera y el talante impositivo de este gobierno que niega nuestro derecho a la libertad de enseñanza y al recto ejercicio de la libertad de conciencia –expresado, entre otras formas mediante la objeción de conciencia a esta asignatura- propondrá en breve una reunión con titulares de centros, profesores y alumnos para seguir promoviendo la objeción de conciencia así como otras acciones legítimas en defensa de nuestros derechos.
No podemos perder nuestros derechos porque quienes los perderán y sufrirán las consecuencias de nuestra actividad o pasividad serán nuestros hijos que no merecen una formación totalitaria o gubernamental con independencia del partido político que esté en el poder.
Y , por tanto, “se puede recurrir a todos los medios legítimos para defender la libertad de conciencia y de enseñanza, que es lo que está en juego, que la asignatura de educación para la ciudadanía tuviera carácter no obligatoria y fuera consensuada con los representantes de las asociaciones padres
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