martes, 10 de abril de 2007

ESPAÑA: Más inmigrantes en los colegios católicos

El número de extranjeros en los centros religiosos aumenta un 38 por ciento en tres años y ronda los 62.000 alumnos en este curso - Dos de cada diez escolares estudian en estas escuelas, que piden más medios para cubrir la amplia demanda
Los colegios religiosos destacan que también realizan un esfuerzo para escolarizar a niños de otros países

MADRID- Los colegios concertados suelen ser acusados de excluir a los inmigrantes de sus aulas. En pleno proceso de admisión de alumnos para el próximo curso, el debate vuelve a salir a la luz. Pero Manuel de Castro, secretario general de la Federación de Religiosos de la Enseñanza (FERE-CECA), cansado de lo que denomina «teorías demagógicas», asegura que sus centros «cumplen las normas de manera escrupulosa» y en ningún momento han rechazado a nadie.
El responsable de los centros católicos españoles puntualiza que «alumno inmigrante» no siempre es «alumno problemático» y afirma que sus colegios tienen a muchos estudiantes con necesidades educativas especiales. «Me niego a admitir que la pública soporta mayor carga educativa por el hecho de tener a más extranjeros. Nosotros también enseñamos a muchos escolares con dificultades», matiza.
Actualmente, hay alrededor de siete millones de alumnos entre 3 y 18 años matriculados en la aulas españolas. De éstos, un 20 por ciento estudia en colegios católicos, que en el 95 por ciento de los casos son concertados. Estos centros acogen este curso a más de 61.300 alumnos de otros países.
Estadísticas
«Las cifras son significativas. Nunca nos hemos negado a excluir a estos estudiantes y, tal y como muestran nuestras estadísticas, el porcentaje ha aumentado en los últimos años», señala De Castro. Si en el curso 2003-2004, en los católicos concertados había 32,2 escolares de otros países por cada mil alumnos matriculados, en el presente año académico la cifra asciende a 44,7, lo que supone un incremento del 38,8 por ciento en este periodo de tiempo.
«No tenemos ningún inconveniente en aceptar a más, el problema es que nuestros centros se llenan rápidamente porque son muy solicitados», explica el secretario de FERE-CECA. En un colegio católico hay una media de 25 alumnos (inmigrantes y españoles) por aula. En la pública, hay 21. «Espero que con la LOE se solucione algo la situación y podamos aceptar a más extranjeros», apunta De Castro.
La nueva Ley de Educación, cuyos criterios de admisión se están aplicando, por primera vez, durante estos meses, establece que hay que dejar hasta un máximo de un 10 por ciento de plazas por aula reservadas para estos alumnos. Una vez finalizado el plazo ordinario de admisión, la norma también autoriza un aumento de hasta otro 10 por ciento por clase «para atender las necesidades de escolarización de aquellos de incorporación tardía», en su mayoría, extranjeros.
Lorenzo Ramos, director titular del colegio salesiano «Ciudad de los Muchachos» de Vallecas, sabe de nacionalidades. En las clases de su centro, un católico concertado, hay alumnos de hasta 23 países distintos. Los más numerosos son los ecuatorianos, chinos, rumanos y marroquíes.
Ramos asegura que muchos inmigrantes prefieren antes los católicos que los públicos porque vienen de países donde la mayoría de los centros están regentados por religiosos y al llegar a España «asocian rápidamente el nombre de las congregaciones». «Muchos de la pública querían estar con nosotros», afirma. Y esto se extiende también a los alumnos españoles. Según De Castro, la primera opción para el 15 por ciento de los estudiantes de la pública era la enseñanza católica.
Sin embargo, desde FERE-CECA admiten que el caso del colegio de Vallecas es algo «un poco excepcional». «Admito que la pública presenta más inmigrantes que nosotros, algo lógico por otra parte si se tiene en cuenta el total del alumnado matriculado en estos centros, pero repito que estos alumnos no siempre son los que tienen necesidades educativas específicas. Nuestros colegios tienen muchos escolares con dificultades, pero esas cifras nunca salen a la luz», denuncia.
En este curso hay 8.141 estudiantes matriculados en católicos concertados. Los problemas que se presentan abarcan un amplio espectro: un 26 por ciento tiene Síndrome de Down; un 23 por ciento, autismo,; un 2,5 por ciento, discapacidad auditiva, y un 2 por ciento, visual.
Desde los centros de FERE-CECA destacan que de los aproximadamente 487 centros -públicos y privados- que existen en España para atender a niños de educación especial, 130 son católicos. «También tenemos casi 7.000 alumnos matriculados en programas de Garantía Social, aquellos destinados a los estudiantes que no han aprobado la ESO y que bien quieren aprender un oficio o bien prefieren volver a presentarse a las pruebas». Según apunta, más del 40 por ciento ha conseguido después reincorporarse a los estudios.
De Castro pide a la Administración más medios para atender a todos estos alumnos porque, tal y como denuncia, «nos facilitan menos ayudas de las que dan a la pública».

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