Un centro de Barcelona asegura que el 90% del alumnado se opone a Ciudadanía y ofrece una asignatura "alternativa"
las cinco de la tarde, algunos padres esperan a las puertas del colegio Loreto-Abat Oliba de Barcelona, pero pocos tienen ganas de hablar con la prensa. El centro, perteneciente a la Fundación religiosa CEU, se ha convertido en noticia esta semana al trascender que el 90% de sus alumnos de ESO objetarán contra Educación para la Ciudadanía. Los padres temen que su postura ante esta asignatura pueda acabar dividiendo a los alumnos.
Pese a que la asignatura es obligatoria, el director de la escuela, Lluís Seguí, explica que se les ha dado "la opción de escoger", aunque el centro les ha comunicado que su posición es en contra. "Esta asignatura ofrece una visión sectaria de las cosas", dice. "Una familia es lo que es, yo no puedo engañar a los niños", explica el responsable del centro en referencia a la inclusión de las parejas homosexuales dentro del concepto de familia.
Según Seguí, la Fundación CEU está evitando señalar las cuestiones del temario a las que se oponen porque el fondo de la cuestión está "en la injerencia que supone que una asignatura impuesta por el Estado pretenda educar la conciencia de los niños" y que, además lo haga, en el "relativismo moral".
"A un niño, quien le tiene que decir lo que está bien y lo que está mal son sus padres, y a continuación la escuela que ellos han escogido y no el Estado", apunta Seguí. "Esto no es todavía un régimen totalitario", añade el máximo responsable de este colegio que se define como "conservador" y está situado en el barrio de Pedralbes.
Malas experiencias pasadas
En España, según Seguí, "hay una experiencia histórica nefasta" sobre las ocasiones en que el Estado se ha inmiscuido en cuestiones morales e ideológicas en la educación. "Me hace gracia que los que se quejaron durante la dictadura franquista, ahora no digan nada sobre Educación para la Ciudadanía. Franco perseguía a los homosexuales; y este Gobierno persigue a la familia", opina el director del centro.
La Fundación CEU ya ha anunciado que planteará un recurso de inconstitucionalidad contra el decreto que establece esta materia y que ofrecerá una asignatura alternativa -Educación para la Vida Social y Política-, en la que se explicarán "cuestiones similares" pero desde una perspectiva cristiana.
El secretario general de Educación, Alejandro Tiana, advirtió a los colegios concertados que si se negaban a impartir Educación para la Ciudadanía se les podría retirar la subvención económica que reciben. El director del colegio Loreto-Abat Oliva, donde los alumnos de ESO pagan 330 euros cada mes, se muestra tranquilo porque cree que ésa "sería una medida demasiado radical".
Los valores, en casa
La mayoría de los padres no quieren hablar públicamente sobre la asignatura y los que están a favor de que se imparta prefieren no dar sus nombres para no perjudicar a sus hijos.
Pilar Laporta tiene cuatro hijos en este colegio y no duda en manifestar su oposición radical en contra de esta materia: "Son valores que tenemos que dar los padres, el colegio no puede suplantar a la familia".
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Aunque aún faltan dos años para que alguno de sus hijos curse esta asignatura, Pilar "tiene clarísimo" que objetará y considera que la postura del colegio "es la mejor".
Uno de los aspectos que más irritan a esta madre es el de la sexualidad porque "no se puede hablar igual a 40 personas, cada una tiene su madurez".
El 3 de octubre, el colegio Loreto-Abat Oliba ha convocado una reunión con los padres para hablar exclusivamente de este tema que, según explica una madre, "ha provocado bastante revuelo".
Derechos "usurpados"
La madre de una de las alumnas de 3º de ESO explica que todavía no ha firmado la objeción. Lo duda porque prefiere esperar a la reunión de la próxima semana. "Estoy en contra de la asignatura pero considero que se debe cumplir la ley y, después, desde dentro, hacer todo lo posible por defender los derechos que uno considera que le han usurpado", explica María, que da un nombre falso porque no quiere que después señalen a su hija.
Ésa es justamente una de las cosas que más le preocupan, que los niños que cursen la asignatura puedan sentirse "raros" o hasta "apestados". "Si es mitad y mitad no pasará nada, pero el problema se creará si hay dos, o tres o cuatro alumnos que eligen no cursar la asignatura, porque entonces se creará un conflicto entre los propios niños", señala. "Ya sabemos cómo son de crueles", concluye.
Según los datos ofrecidos por la escuela, tan sólo los padres de unos 10 alumnos, de los 60 que hay en 3º de ESO, optarán porque sus hijos estudien Educación para la Ciudadanía.
Otra madre, que tampoco quiere identificarse, espera dentro de su coche a que su hija de 2º de ESO salga de clase. A la niña aún le queda un curso para recibir la asignatura, pero ella ya muestra su descontento con la actitud del colegio, aunque no su sorpresa. "Creía que era un colegio bastante laico, pero en los tres o cuatro últimos años se ha ido transformando", asevera.
Aunque también asistirá a la reunión del 3 de octubre, esta madre se muestra a favor de que los niños conozcan "la situación actual en la que viven"; aboga porque sepan que "tienen que vivir en un respeto y tiene que conocer todo y por sí mismos"; y pide que se les enseñe dentro de "una imparcialidad".
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