El cardenal sugiere que se permita adaptar Ciudadanía al ochenta por ciento de padres que pide Religión católica
El cardenal Antonio Cañizares pidió ayer a los escuela católica que «no se doblegue a las instrumentalizaciones que, a veces, se están haciendo de ella». En una entrevista en el programa «La Mañana» que dirige en la Cope Federico Jiménez Losantos, el Primado de España explicó además que «si es posible adaptar Educación para la Ciudadanía al ideario de la escuela católica, también debería ser adaptable, con la misma o mayor razón, al ochenta por cierto de los padres de la escuela pública que ha pedido formación religiosa y moral católica para sus hijos». De esta forma el cardenal denunciaba la indefensión de los alumnos de los centros públicos ante el «adoctrinamiento» que supone la nueva asignatura.
A finales de mayo, y a petición de los representantes de los religiosos de la enseñanza, el Ministerio de Educación confirmó que los colegios concertados católicos podían adaptar los contenidos de la asignatura a su ideario. Cañizares explicó ayer que con esta medida responde a «una estrategia que es necesario superar», pues, «en el fondo, se está haciendo una concesión que va más allá de lo que dicen los Reales Decretos de enseñanzas mínimas».
«Laicismo radical»
El cardenal enmarcó el problema suscitado por la asignatura dentro de un «proyecto enormemente coherente que se está llevando a cabo a rajatabla y con toda precisión». Una supuesta «modernización que se identifica con «un laicismo radical que lleva a adoptar una serie de posiciones ante el matrimonio, ante la vida, ante la educación, ante el hombre en definitiva, con las cuales yo no puedo estar de acuerdo», afirmó Cañizares. El cardenal explicó que muy al contrario de lo que proclama esta determinada «visión del hombre», modernización «no quiere decir ir contra el hombre separándolo de Dios, no quiere decir suprimir la verdad del hombre, ni quebrar su voluntad».
En la entrevista, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal (CEE) sugirió que este «proyecto de sociedad» «estaría expresado de una manera clara y diáfana en los Reales Decretos que desarrollan la LOE». Una normativa que estaría dirigida «a adoctrinar a los ciudadanos», y a través de la cual el «Estado se erige en formador moral y impone su moral a todos los ciudadanos, privando de libertad a la ciudadanía», porque, según explicó «sin hombres libres no hay una auténtica ciudadanía».
Cañizares añadió que, para evitar este adoctrinamiento, «tenemos un instrumento en nuestras manos que es la escuela católica». En ese sentido recordó el documento «La escuela católica. Oferta de la Iglesia en España para educación en el siglo XXI» que la CEE aprobó en la pasada asamblea plenaria en el que los obispos ofrecen unas «notas muy importantes para introducir cambios fundamentales y una renovación de la escuela católica». Además añadió que, en estos centros de inspiración cristiana, «debería ofrecerse a los ciudadanos, de verdad, una alternativa al modelo de sociedad» que trata de imponerse desde el Gobierno. En este sentido destacó que la «escuela católica es un instrumento capital y no puede doblegarse a intrumentalizaciones que a veces se están haciendo de ella».
Según explicó, esta alternativa de los centros católicos debe estar basada en la antropología cristiana que «no está en contra de la razón, ni de la libertad, que no es regresiva ni reaccionaria, sino, todo lo contrario, que es la apuesta por el hombre, por la verdad, por la libertad, por el sentido de la vida y por un hombre verdaderamente nuevo que es capaz de amar, de perdonar y de buscar el servicio a los últimos». Por último, recordó que el episcopado, «por unanimidad», ha afirmado que los padres pueden acudir «a todos los instrumentos legítimos a su alcance para impedir que se les imponga una formación moral en contra de sus convicciones».
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