"Gol en propia puerta" al Gobierno socialista
JOSÉ MARÍA GARRIDO
“En el pulso de la Iglesia católica con el Gobierno ha vuelto a ganar la Iglesia, y por cuarta vez durante esta legislatura”, afirmó ayer en un artículo de opinión en El País, el afamado teólogo Juan José Tamayo.
“Primero fue la negativa a denunciar los Acuerdos con la Santa Sede, muy beneficiosos para la Iglesia católica. Después, la Ley Orgánica de Educación, que considera la religión confesional como materia evaluable y contempla una alternativa. Posteriormente, la subida del tipo del 0,52% al 0,7% en la declaración de la renta a favor de la Iglesia católica, con exclusión de las otras iglesias y religiones. Y ahora –se lamenta Tamayo- la desnaturalización y, en cierta medida, la confesionalización de la Educación para la Ciudadanía”.
“Plataforma de indoctrinamiento”
Lo que hubiera constituido uno de los logros más importantes de la última reforma educativa (Educación para la Ciudadanía), para el director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid, con la adaptación al ideario de los centros católicos, finalmente se ha convertido, junto con la religión, “en otra plataforma de indoctrinamiento y de reproducción ideológica”.
“Irreconocible”
En definitiva, afirma el teólogo progresista en El País, “el gobierno se ha metido un gol en propia puerta”, porque, para “evitar una `sublevación´ de la jerarquía católica y de influyentes sectores de la patronal de la enseñanza, la asignatura ha sufrido tal cúmulo de modificaciones que la hacen poco menos que irreconocible.
“Desnaturalizar” EpC
Bajo este punto de vista, las discrepancias existentes entre la FERE y la CONCAPA no responden a más que una estrategia “perfectamente armonizada desde la jerarquía de la Iglesia” para, conseguir de una manera más eficaz, “dificultar la puesta en práctica (de Educación para la Ciudadanía), limitar su importancia en el currículo escolar y desnaturalizar el espíritu que la anima.
2 estrategias
De esta manera, afirma Juan José Tamayo, que “tras el rechazo a la asignatura, hay dos estrategias diseñadas dentro de la Iglesia católica (…) para dificultar la puesta en marcha de Educación para la Ciudadanía. Una, el boicot defendido por la CONCAPA y numerosos obispos; otra, impartir la asignatura, adaptada al ideario de los centros católicos, apoyada por la FERE y por el presidente de la Conferencia Episcopal Española”.
Sometimiento
Ambas estrategias, según este punto de vista, persiguen básicamente la consecución de un objetivo muy claro: que de nuevo, “las leyes democráticas estén sometidas a la religión”. Así, se lamenta Tamayo, con la actual modalidad de Educación para la Ciudadanía, los colegios religiosos tienen no ya una, sino dos plataformas de indoctrinamiento y de reproducción ideológica: la asignatura de religión confesional, que escapa al control de las instituciones académicas porque sus libros de texto y sus profesores son competencia de los obispos, y la de Educación para la Ciudadanía, que puede utilizarse para transmitir creencias religiosas más que valores cívicos”.
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