ANÁLISIS// Los mecanismos “legales” de acoso a la asignatura de Religión
(VERITAS) El Observatorio para la libertad religiosa y de conciencia denunció ayer un caso de “mobbing” a un profesor de religión “por el hecho de serlo”, en el Instituto Carlos III de San Blas. Según este colectivo, “los padres acuden a solicitar el impreso de matriculación de esta asignatura, pero los alumnos son matriculados en otra distinta por orden de la dirección”; además, el departamento didáctico del profesor no se encuentra en las clases sino en otros lugares habilitados, que imparte la asignatura en horarios “inhumanos e imposibles de cumplir”. Si de los más de 300 alumnos en Secundaria del Instituto, sólo 16 han optado por la clase de Religión (un 4,8 por ciento frente al 51,4 por ciento en el que se sitúa la media de estudiantes de Secundaria de centros públicos que escogen la asignatura de Religión católica), las medidas denunciadas por el Observatorio para que los alumnos no escojan la asignatura de Religión, parecen estar dando resultado.Las autoridades de la Comunidad de Madrid han abierto una investigación de oficio y el Centro será objeto de una inspección, aunque no parece que puedan producirse novedades, teniendo en cuenta que “formalmente” en el Centro se cursa la asignatura de "Sociedad, Cultura y Religión" como alternativa, aunque como explican fuentes próximas al Instituto, en la práctica la asignatura está siendo impartida por profesores de todas las materias, que ocupan el tiempo en clases de repaso (caso de primero y segundo de la ESO) o un taller de Matemáticas (1º Bachillerato). En determinadas ocasiones, desde la administración del Instituto se ha llamado por teléfono a los padres para que reconsideraran su opción por la Religión, aduciendo la falta de estudiantes para impartir la asignatura. En otros casos, se les ha explicado la "alternativa" que se iba a impartir en cada curso, mostrándoles la necesidad de que los alumnos opten por esta asignatura ante el previsible perjuicio curricular que puede acarrear el no recibir clases de apoyo o talleres de otras asignaturas. La existencia de una alternativa a la Religión en la que se realice una “debida atención educativa” y se impartan actividades complementarias “en este momento no es legal” explica a Veritas, María Rosa de la Cierva, miembro de reconocido prestigio del Consejo Escolar del Estado, quien explica que el “Decreto Suárez Pertierra”, de Septiembre de 1996, establece la asignatura de "Sociedad, Cultura y Religión" como única alternativa a la Religión. “No obstante, con la aplicación de la LOE esta actividad sería legal, puesto que los alumnos podrían escoger entre Religión, Historia de la Religión y Atención Educativa”, recuerda de la Cierva. La Conferencia Episcopal Española ya advirtió en una nota de prensa, el pasado 14 de diciembre de 2006, que “en la educación primaria, la oferta de la llamada “atención educativa” a los alumnos que no cursen la religión católica no garantiza que quienes sí la cursen lo hagan en condiciones de no discriminación” y añade que “de este modo queda sin tutela adecuada el ejercicio del derecho de los padres que piden libremente cada año, en proporciones altísimas, que sus hijos cursen la religión católica”. Veritas ha preguntado a algunos profesores de Religión sobre la realidad de la aplicación de la asignatura de "Sociedad, Cultura y Religión", y las respuestas coinciden en que “el 90 % de los centros de Secundaria no lo cumplen”, explicando que lo que se realizan son tutorías, clases de refuerzo para otras asignaturas o incluso tiempo libre para actividades deportivas. “Los inicios de curso con una locura”, explica uno de los profesores que prefiere mantenerse en el anonimato y explica como este acoso se realiza “de una manera sutil” en muchos centros. Asimismo, muestran que aunque existe una cláusula en su contrato que refrenda el formar parte del claustro escolar, se dan casos en los que se realiza una persecución contra el profesorado por la razón de ser “quien representa a la asignatura”. El vicepresidente de la Asociación Profesional de Profesores de Religión en Centros Estatales (APPRECE), Rafael Martín, tiene constancia de la existencia de estos casos, aunque los considera “aislados” y expresa que “son labores oscuras, con la intención de llevar a cabo planteamientos ideológicos siguiendo a su partido político o sindicato”.Para Martín, la mejor manera de actuar en estos casos es que “el claustro plante cara al dirigente educativo”.
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