El padre de familia también debe apegarse a las normas del colegio
Redacción SociedadCuando María Inés González y su esposo escogieron un colegio religioso para educar a su hija, asumieron que debían someterse a algunos condicionamientos. “Lo primero que hicimos fue casarnos”, reseña esta madre de una pequeña de cuarto de básica del colegio religioso María de Nazareth de Quito. Esa es solo una de las condiciones que los padres deben cumplir al momento de iniciar el proceso educativo formal para sus hijos. Una consulta telefónica al plantel permite conocer sobre el período de inscripción. Como requisitos para la admisión, los padres deben estar casados, presentar la fe de bautizo y en algunos casos certificados de primera comunión o confirmación.Los primeros meses de cada año son etapas de reflexión y de búsqueda para los padres de niños que van a iniciar la vida escolar o que pasan de la escuela al colegio. Esto para las inscripciones en el régimen Sierra, donde las matrículas se cumplen en agosto. En el Santa María Goretti, también religioso, son menos rigurosos con la fe de bautizo o la constancia de matrimonio, pero las niñas deben cumplir con el catecismo para hacer la primera comunión durante sus estudios.En el colegio La Inmaculada se exige la presencia de los padres y que estos estén de acuerdo con la mística carismática seguida por las religiosas de la Providencia y los lineamientos de la institución, a través de procesos y valores. Nelly Aguilera, vicerrectora del plantel, destaca que los padres deben estar dispuestos a colaborar en lo que el plantel requiera. Mariana Larrea, madre de familia, enumera algunos de estos compromisos: asistir a reuniones, convivencias, jornadas deportivas, pagar a tiempo las pensiones. Además, cuando su hija entró al plantel, era indispensable que los padres estuvieran casados. Aguilera reitera que la educación está enmarcada dentro de los preceptos cristianos-católicos. Por ello, se solicita fe de bautizo, pero la partida de matrimonio ya no es una exigencia obligatoria.Estos colegios se rigen por lineamientos generales determinados por la Confederación de Establecimientos Católicos (Confedec), pero también tienen sus reglamentos y códigos de convivencia. Rómulo López, secretario de la Confedec, asegura que los padres firman un contrato donde se comprometen a asistir a reuniones y a aceptar condiciones que básicamente tienen que ver con la formación religiosa y pago de pensiones. “El matrimonio no es un requisito indispensable, ahora, los niños no tienen la culpa de que sus padres no estén casados”. Otros requisitos en este sistema de 450 000 alumnos son tener hermanos o parientes en el establecimiento, vivir cerca del plantel... Mientras tanto, Patricio Arroyo, padre de familia, prefirió desistir de la educación militar. “Una vez que mi hijo terminó cuarto de básica lo cambié porque ya no soportaba ese régimen. A veces uno se equivoca, por pretender corregir su indisciplina y su hiperactividad le causé más problemas”.Allí los chicos se someten a pruebas psicológicas, académicas, médicas y físicas. Por ejemplo, en el colegio militar Abdón Calderón, del sur de Quito, el 75 por ciento de los 2 650 alumnos es dependiente de personal militar: hijos, sobrinos, nietos... Eso les significa un ahorro del 50 por ciento. Su rector, coronel Hugo Vivas, sostiene que la formación militar es más rigurosa en los tres años de bachillerato, en los 11 planteles militares que existen en el país. En cambio, en colegios particulares como el Alemán o la Condamine de Quito, muchas veces se sigue una tradición o se busca otro idioma. Ana María Segovia comenta que su hija se educa en el primer plantel como lo hizo ella. Allí los niños nacidos entre el 1 de septiembre del 2002 y el 30 de septiembre del 2003 se inscribieron hasta el 15 de diciembre pasado. Si el pequeño ingresa a prekinder no es un requisito que sepa alemán. Para ingresar, excepcionalmente a otros años, el alumno y algún familiar necesitan saber el idioma. La exigencia de que uno de los padres domine el francés es indispensable en La Condamine. Juan Segovia, presidente de la Confederación de Establecimientos Particulares Laicos (Confedepal), destaca la importancia del respeto a las leyes y normas establecidas. Pero el laicismo, que mueve a muchos planteles particulares y fiscales de prestigio, se va frenado por la demanda. Eso hace que los padres compitan por un cupo y los alumnos por pasar una prueba.
Punto de vistaMario Leguísamo. Psicólogo educativoLa condición psicológica juegaLa elección del plantel guarda relación con la estructura familiar, religiosa, social, política... Ellos escogen los regligiosos en función de sus propias creencias, otros buscan aquellos que satisfagan una aspiración de orden social y económica, otros, comprendiendo que no tienen otra alternativa, van a colegio fiscales, donde los chicos tienen que ganarse los años con esfuerzo. La elección deberá satisfacer la expectativa familiar.Pero esta es una forma de discriminación. Algunos quieren disciplinar a sus hijos o lo hacen por esnobismo, por verles con uniforme o porque tengan estatus frente a otros y no se consideran aspectos pedagógicos sino castrenses y eso frena al alumno. Se debería tomar en cuenta las condiciones psicológicas y emocionales, esa es la responsabilidad de los padres.
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