miércoles, 14 de marzo de 2007

FAMILIA: Benedicto XVI urge a los políticos a «defender el matrimonio y la vida»

JUAN VICENTE BOO CORRESPONSAL ROMA.
Con una vigorosa llamada al «testimonio público de la propia fe», Benedicto XVI invitó ayer a los políticos y legisladores católicos a defender «valores fundamentales como la vida humana desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer y la libertad de educación de los hijos». En su primera Exhortación Apostólica, titulada «El Sacramento de la Caridad», el Papa deja claro que «estos valores no son negociables» y urge a los políticos a promover «leyes inspiradas en los valores de la naturaleza humana».
El extenso documento presentado ayer en el Vaticano por el cardenal de Venecia, Angelo Scola, es el fruto del Sínodo de Obispos de octubre de 2005 en Roma, en el que participaron 256 prelados de todo el mundo, elegidos en su mayoría por las conferencias episcopales.
El Papa, que tomó entonces la iniciativa de introducir una hora de debate libre al fin de cada jornada y de hacer públicas las 50 propuestas principales al término del encuentro, ha trabajado durante más de un año para recoger en un documento magisterial de 131 páginas la enorme variedad de cuestiones ligadas a la Eucaristía y a los principales sacramentos como el matrimonio, el sacerdocio y la reconciliación.
«Coherencia eucarística»
Benedicto XVI inscribe la primera Exhortación Apostólica de su Pontificado en la línea de renovación sacramental y litúrgica establecida por el Concilio Vaticano II, a la que añade el concepto de «coherencia eucarística» en la vida privada y pública de todo creyente, y de modo especial de quienes desempeñan tareas de responsabilidad en la sociedad. Así, recuerda que el sacramento del matrimonio es indisoluble, y confirma «la praxis de la Iglesia, fundada en la Sagrada Escritura, de no admitir a los sacramentos a los divorciados casados de nuevo», quienes, «sin embargo, siguen perteneciendo a la Iglesia, que los sigue con especial atención, con el deseo de que, dentro de lo posible, cultiven un estilo de vida cristiano».
En los casos en que haya dudas sobre la validez del primer matrimonio, Benedicto XVI recomienda acudir a los tribunales eclesiásticos, que deben estudiar las consultas con rapidez. Cuando el primer matrimonio sea válido y, al mismo tiempo, haya razones que hacen irreversible el segundo, los esposos podrían acceder de nuevo a los sacramentos si deciden vivir «como hermano y hermana» en su nueva situación.
El Papa reafirma igualmente «el sentido profundo del celibato sacerdotal, considerado justamente como una riqueza inestimable y confirmado por la praxis oriental de elegir los obispos sólo entre los sacerdotes no casados y la gran estima por la opción del celibato que hacen numerosos presbíteros». Benedicto XVI insiste en que no debe abordarse el celibato sacerdotal «en términos meramente funcionales» -como la disponibilidad de sacerdotes-, sino valorar ese modo de vivir la entrega a los demás como «una especial conformación con el estilo de vida del propio Cristo».
El documento da la voz de alarma ante el peligro de idolatrar el trabajo y reitera la necesidad de reservar el domingo para Dios y para los demás. Con gran sentido práctico, el Papa invita a los sacerdotes a preparar bien las homilías dominicales, que a veces no están a la altura necesaria, y a cuidar todos los elementos de la liturgia, incluidos la dignidad del canto y de la música, sin excluir el uso del latín, que refleja la universalidad de la Iglesia.

No hay comentarios: