La Sagrada Familia confía en la presión internacional para evitar el paso del AVE
ÀLEX GUBERN
BARCELONA. La Junta Constructora de la Sagrada Familia confía en que una movilización de carácter internacional haga rectificar a las administraciones, y se evite así que el túnel del AVE pase finalmente a lo largo del eje de la calle Mallorca, a pocos metros de los cimientos del templo. A rebufo de la reactivación del movimiento vecinal en contra del paso del AVE por el centro de la ciudad -muy crecido tras la aparición de grietas en el municipio de El Prat-, en la Sagrada Familia existe la esperanza de que lo que hasta ahora parecía una decisión irreversible, acabe por revertirse.
En este sentido, y aprovechando la proyección externa del templo diseñado por Antoni Gaudí, la junta ha iniciado una campaña de contactos con universidades e institutos de arquitectura de todo el mundo, que ya ha conseguido una cuarentena de adhesiones, tal y como ha venido explicando estos últimos días el presidente de la Junta, Joan Rigol, y confirmaba ayer a ABC Jordi Faulí, arquitecto director adjunto de las obras.
Junto a la movilización de la comunidad arquitectónica mundial, la Junta confía especialmente en la «autoridad moral» que pueda ejercer la Unesco, organismo ante el que ya han denunciado el proyecto de trazado, en tanto que puede amenazar una de las piezas incluidas en el listado de más de 800 que forman el Patrimonio Mundial. En concreto, la Unesco incluyó en el catálogo patrimonial la fachada de la Natividad, la única construida directamente por Gaudí, fallecido en 1926, y la cripta.
Unesco: el caso de Dresden
Además de por la fachada de la Gloria -ahora en construcción, la más grande y pesada del conjunto y que se asoma directamente a la calle Mallorca-, Faulí señalaba ayer que la Junta teme de manera especial por la fachada de la Natividad, con unos cimientos menos sólidos y profundos que el resto. De igual forma, hay temor por lo que puede suceder en la nave central -«no sólo por la integridad del edificio, sino por la de las personas», indica Faulí-, dada la esbeltez y fragilidad de la estructura arborescente que dibujó Gaudí.
Desde el centro Unesco de Cataluña se reconocía ayer que la influencia que pueda ejercer este organismo es de carácter moral más que legal, pero que su peso no es desdeñable. En este sentido, se recuerda la presión ejercida por la Unesco contra el municipio de Dresden, que vio como el pasado mes de julio el conjunto patrimonial del valle del Elba -18 kilómetros de curso fluvial- entraba en la lista de Patrimonio Cultural Amenazado -y se advertía con su retirada definitiva del listado- dada la intención del municipio alemán de construir un puente atentatorio contra el paisaje. En el caso de la Sagrada Familia, como primera medida la Unesco solicitará información tanto del proyecto -a Fomento- como del edificio -a la Generalitat-, para luego, en caso de considerarlo, encargar un estudio independiente para determinar la peligrosidad de la obra, base sobre la que emitiría luego un dictamen.
Jordi Faulí reconocía ayer que el proyecto para aislar mediante una colosal pantalla de hormigón de 42 metros los cimientos del templo del túnel del AVE es correcto técnicamente, pero que las características del suelo, por debajo del nivel freático, y la fragilidad de la obra de Gaudí hacen del proyecto una temeridad. «Es difícil imaginar un nivel de protección superior al previsto, lo que hay que hacer ahora es apartar el túnel. Cualquier pequeño movimiento puede tener consecuencias fatales».
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